Eran como las diez de la mañana y yo aún seguía acostada en la cama sin saber que hacer. El sol se asomaba brillante por mi ventana y me invitaba a que saliera, pero la resaca de la noche anterior me impedía siquiera moverme. Había sido una noche muy larga, llena de alcohol y tabaco, droga también pero yo no llegaba tan lejos. Una mini fiesta de.. eh.. bueno ya no me acordaba el nombre de aquel chico, pero si que le gustaban las fiestas, y tocarle el trasero a todas las minas que se le cruzarán ...
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